Crónica y fotos de la XIX edición del Skulls Of Metal Fest (23-10-2021 Recinto Ferial Cubierto, Begijar – Jaén -)
Una completa selección de bandas del circuito tanto nacional como internacional, con el inglés en todos los casos como idioma vehicular y con estilos que se deslizaban entre el Speed, el Heavy, el Thrash, el Power y el Black Metal, se dieron cita el sábado 23 de octubre en la jienense localidad de Begijar acogidos bajo la estela de la XIX edición del Skulls Of Metal Fest en una apuesta valiente que, con la colaboración este año de Hueso Producciones como socios y ya miembros junto con otros compañeros de la recién estrenada asociación que lleva el mismo nombre que el Festival, llevó a cientos de personas al Reciento Ferial Cubierto de la mencionada población, con capacidad para 1400 personas, en una apuesta arriesgada al no haberse hecho venta anticipada y haberse dejado el éxito a una más que asequible y ganadora taquilla de 5 €.
La amplia y cualitativa oferta musical, contó además con extras como fueron un sonido rompedor, potente y técnicamente perfecto, unas luces que dominaron la escena jugando con colores, flash y demás focos rotativos junto con unos precios populares en la barra que animaron continuamente al respetable tanto a refrescarse como a reponer fuerzas gracias a un gran surtido de bocadillos y hamburguesas que el amable e incansable staff del evento se encargó de suministrar y a cuya fortaleza se unieron, cada uno en su papel, un extraordinario equipo de técnicos, el cuerpo de seguridad, protección civil y en definitiva una involucrada crew arropada por el apoyo del Ayuntamiento de Begijar en aras de un Festival el cual contó con todos los ingredientes que recordamos de los viejos tiempos, permitiendo ya la actual situación sanitaria la movilidad con plena libertad de los metaleros asistentes por todo el recinto.
Con la apertura a las 17:00 horas, ya comenzaron a llegar los más madrugadores para recorrer los varios y surtidos puestos de merchan montados tanto fuera como dentro de la carpa para deleite de los fans, quienes pudieron hacer acopio tanto de camisetas como de otros objetos preciados que los grupos pusieron a disposición mientras sobre el escenario se ultimaban los detalles para la aparición de la primera banda llamada WAR DOGS, un cuarteto influenciado por bandas como ANGEL WITCH que editó disco en el pasado 2020 bajo el título Die By My Sword y que ya contaba ya con un EP del 2018 al que recordaron con tres temas, “Immortal’s Lament”, “To Live To Fight Another Day” y “Back For The Attack”.
A las 18:00 horas y con una perfecta puntualidad que se mantuvo prácticamente intacta a lo largo de todo el evento, saltaron al escenario los de alicante con su correspondiente logo a las espaldas a modo de telón y afrontando la siempre difícil tarea de calentar al personal recién llegado, algo que sin muchos preámbulos ni speechs entre los temas fueron consiguiendo poco a poco, ya que según avanzaba su Set List se fueron metiendo al público en el bolsillo con un ritmo más que acelerado que recayó en gran medida en la figura del cantante, el cual desarrolló con su garganta tanto voces limpias como guturales que encajaron a la perfección en un grupo el cual muestra un sonido elaborado, redondeado por los coros tanto del guitarra solista como del bajista que serpentea perfectamente entre el Speed y el Heavy Metal, con riffs marcados y abundantes especialmente rápidos en “Immortal’s Lament”, un bajo increíblemente nítido para lo que suelen ser las notas cadentes de las cuatro cuerdas y una batería poderosa a la vez que contundente; en definitiva, un grupo que ha ido madurando lentamente hasta llegar al punto óptimo que es como pudimos disfrutar de él en esta edición del Skull, ya que fueron los primeros en activar esos molinillos de los headbangers con su mezcla de pesadez y melodía gracias a la cual desarrollaron un Heavy veloz con el que se mostraron solidos en la escena y una esencia metalera que hacía tiempo que no veíamos.
Tras los merecidísimos aplausos para WAR DOGS y los pertinentes cambios de telón en el escenario, llegó el turno para los cartageneros INJECTOR, quienes saltaron a la arena en torno a las 19:20 horas dispuestos a disparar Thrash Metal a un respetable cada vez más numeroso y receptivo, especialmente tras las buenas vibraciones de la anterior descarga. El cuarteto formado por Dani MVN a la voz y a la guitarra, J.A. Ayala al bajo y a la voz, Aníbal a la batería y percusiones y Dani B a la guitarra y a los coros, llegó con disco editado en el 2020 de título Hunt Of The Rawhead, un álbum con nueve cortes en su interior entre los que se incluye la pieza instrumental como número ocho “Interstellar Minds” e íntegramente producido por la propia banda en el que desarrollan una temática muy centrada en elementos cercanos a la Ciencia Ficción y del que interpretaron seis temas de un Set List de diez pasando por “March To Kill”, “Unborn Legions”, “Into The Black”, “Rhythm Of War”, “Feed The Monster” y “Dreadnought Race” con una interpretación contundente, una ejecución empastada y un aplomo sobre las tablas que nos situó ante una formación rotunda con ideas claras y sonido a la medida.
INJECTOR comenzó con una épica introducción a la que rápidamente aplicaron su identidad veloz, potente y agresiva para empezar a levantar las manos de los allí presentes en complicidad con una banda que cada vez suena y pisa más fuerte en el panorama patrio y que sin apenas florituras desarrollaron con poderosa energía sus composiciones elaboradas, ricas en matices y sobre todo arropadas por una rítmica melódica de guitarra brutal que enriqueció las ráfagas de las seis cuerdas solistas tan salvajes como abrasivas las cuales, unidas a la intratable velocidad de la batería, supusieron durante toda la actuación un “trallazo” incontestable que el grupo aderezó con una feroz descarga de adrenalina escénica infrenable, pues los molinillos de cabeza practicados por todos ellos no cesaron durante toda la actuación mientras que Ayala por su parte no dejó ni un rincón de la tarima sin explorar arrancando slaps brutales a sus cuatro cuerdas en clara complicidad con el sonido infernal que Anibal propinó a su insaciable batería y todo ello junto a unos coros repletos de efecto vocal que potenciaron los estribillos marcados por guitarras dobladas dentro de un ritmo frenético el cual, con la llegada del “Into The Black”, echó ligeramente el freno para adentrarse en tesituras que coquetearon con el Groove para finalmente en “Dreadnought Race” desplegar una capa oscura, tenaz e inexpugnable que derivó hacia unos rotundos cambios de ritmo con destacada pegada y compenetración de una sección rítmica que fue la encargada de sustentar el tempo y la intensidad de una sólida estructura para esta banda rotundamente incontestable que acabó su actuación entre aplausos y manos en alto por parte de todos los allí presentes.
Con la caída de la tarde llegó el turno para los italianos llegados de Trieste, activa desde 2014 y de nombre TYTUS, una formación de Heavy Metal que se presentó en torno a las 20:40 horas como el primer grupo del elenco llegado desde más allá de nuestras fronteras para satisfacer los deseos de la ya multitudinaria audiencia que llenaba el recinto con un Set List generoso de once temas entre los que intercalaron un delicioso y virtuoso pasaje instrumental, el cual ayudó a conocer mejor los derroteros de este cuarteto donde el cantante ejerce también las funciones de las seis cuerdas rítmicas que acompañaron con excelente brillo tanto a la voz como al resto de los instrumentos, muy volcados todos en un Hard Rock rápido de connotaciones fuertemente influenciadas tanto por la NWOBHM como por el Thrash Metal temprano, elementos que personalizan a esta banda que cuenta con dos larga duración en el mercado, Rises (2016) y Rain After Drought (2019) de los cuales han dejado su impronta a lo largo de una gira de cuatro conciertos en nuestro país en la que han incluido su imprescindible visita a este Skulls Of Metal Fest.
Intercalando temas de sus trabajos ya editados y con un magnífico empaste de sonidos, TYTUS comenzó su espectáculo con el tema que fuera single “Fistful Of Sand”, una canción que marcaría no sólo el tempo de su directo sino que también nos dio pistas sobre la duración de sus canciones con cuatro minutos de media en generosos ritmos acompasados por parte de las percusiones, algo que fue la nota predominante de un show donde el brillo vocal del cantante fue la piedra angular redondeando temas que las guitarras envolvieron con la velocidad justa para no perderse ni en excesivas melodías ni en exagerados riffs que eso sí, tuvieron una calidad estratosférica apostando por las partes centrales del mástil y que en algunas ocasiones se doblaron entre ellas mismas explorando un sonido singular que por momentos nos llevó hacia derroteros de cierto cariz Thrash, notas inmediatamente enfocadas hacia mezclas más conservadoras en las que sin duda este grupo actúa con auténtica maestría como fieles seguidores de arpegios muy MAIDEN, los cuales denotamos en el ochentero “Our Time Is Now” muy elegantemente tocado gracias a la moderada velocidad de unas baquetas entregadas a las cuatro cuerdas en perfecta combinación con unas guitarras en estado de gracia y una voz que une al conjunto para dar ese toque bien mezclado y del cual resulta una sencilla pero pegadiza fórmula que engancha al espectador neófito, algo que sin duda les hizo ser, tanto por la acogida que tuvieron como por la despedida, una de las bandas más aclamadas del Festival.
PRESTIGE inauguró la noche cerrada a las 22:10 horas para marcar con sus más de diez temas un impasse en el Festival, ya que de la mano de este cuarteto importado desde la gélida Finlandia llegaron los primeros conatos de Pogo con los que sin duda el público mostró su respeto a una banda que descriogenizó definitivamente el ambiente al tiempo que su propia trayectoria musical, ya que sus orígenes datan de casi comienzos de los años noventa y los refrescaron desgranando su reciente disco editado este mismo año de título Reveal The Ravage con Aku Kytölä a la voz y al bajo, Ari Tapani Karppinen y Jan “Örkki” Yrlund a las guitarras y Matti “Matson” Johansson a la batería, cuatro guerreros que parecen encarar una nueva etapa marcada por la recuperación de un pasado glorioso tras varios singles de supervivencia.
Con “It’s Over” comenzó la declaración de intenciones del grupo en un arranque donde ya apreciamos la increíble voz matizada del cantante, una modulación que no perdió empaque durante toda la actuación y que fue ganando puntos perfectamente aderezada por el endiablado frenesí de las cuerdas y la batería, las cuales se entrelazaron a la perfección dando fe de máquina engrasada con excelentes riffs intercalados junto a partes más melódicas que introdujeron ese toque melancólico finés que pudimos escuchar en el final de “Burn My Eyes”, tema que como el resto aportó a modo de sello personal unos relevantes coros o voces de apoyo que no desmerecieron esa hostilidad que impregna el ADN de su estilo y que combinan a la perfección con pasajes divertidos, ya que tuvieron un momento de distensión cuando hicieron partícipe al público de un juego musical en el que la gente se involucró cantando y siguiendo los compases que desde el escenario marcaba el grupo, continuando sin respiro y sin piedad con la descarga poderosa de su mencionado y bestial nuevo álbum y mostrando gran desenvoltura sobre las tablas marcando un escenario a fuego por el que desfilaron a capricho las afiladas guitarras junto a una enraizada percusión y una cavernosa voz que arrastró todo el directo hacia una vigorosa ejecución con uso versátil de solos simples a velocidades altas, con poca repetición a no ser en los estribillos, veloces, agresivos, con coros tan pronto limpios como rotos, además de guturales y breaks temporales en los que se desató todo el poder técnico de los ritmos en una perfecta unión estructural como grupo que se plasmó en un sonido rematador con entradas magistrales de bajo atronador cortesía de Aku como en el caso de “Exit”, canción con destacada pesadez thrashera pura y dura de la batería que mostró la perfecta técnica aprendida por “Matson” en KORPIKLAANI y con la que hicieron volar la cabeza de los allí presentes en lo que más que un concierto fue un legado.
Los germanos SCANNER arrancaron los penúltimos rozando la media noche y como cabeceras de cartel para calmar la velada trayendo un Power Metal estructural con el que se despacharon sin prisa a lo largo de dieciséis temas salpicados de continuos guiños por parte del vocalista hacia la gente, pues no sólo sólo fotografió al público desde las tablas a modo de recuerdo sino que les complació con regalo de camisetas lanzadas por él mismo que dinamizaron su actuación la cual llegó marcada por su primigenio nacimiento en los ochenta junto con su época dorada centrada más en los noventa cuyos temas, a pesar evidentemente de no contar el grupo con la formación original, calcaron con gran fidelidad dando vida nada más comenzar a su imprescindible “Not Alone” a modo de introducción sacada de una película de aventuras que el cantante protagonizó con amplio muestrario en registro de tonos altos.
Metidos de lleno en la actuación, pronto el quinteto se adentró en un sinuoso campo que serpenteó entre el Heavy y el Power, estilos que manejaron con soltura y por donde les vimos moverse cómodamente a todos ellos, ya que la propia estructura clásica de la formación permite al cantante una modulación libre de la voz que gestiona desde unos leves graves redondos y sencillos hasta alcanzar ciertos agudos más utilizados como finales y propios de los estribillos, tonos ambos muy comunes en sus canciones donde las guitarras ocupan un discreto pero imprescindible papel como cómplices entre ellas para intercalarse ritmo y punteos casi a partes iguales jugando con toques de mástil limpios, sin excesivos adornos pero cargados de un gran efecto sonoro al contar con una trabajada producción en los temas siempre muy de corte clásico muy apreciable en el caso de “After The Storm”, canción incluida en su exitoso tercer disco Mental Reservation. El feeling con la parroquia del presente Skull fue desde el principio evidente y ello propició la entrega de SCANNER al no escatimar ni en muestras de complicidad ni en desgranar un Set List que favoreció también la desenvoltura de las percusiones, aportando una batería imprescindible para sobre todo marcar las diferencias compositivas entre los temas y matizar con baquetas firmes la base rítmica que el cadencioso bajo desarrolló de una forma lineal, únicamente interrumpida por los giros vocales llegada la parte más repetitiva de las canciones, dos instrumentos de percusión que no quedaron difuminados a pesar de la capacidad dominadora de la voz con la que se conjuraron todos poniendo a su servicio capacidad melódica, velocidad y técnica instrumental para hacer de la actuación una generosa y bien acogida sucesión de canciones a modo de himnos con fuertes coros épicos, creando por momentos un sonido de tintes teatrales y especialmente emotivo.
BALMOG finalizó con honores la XIX edición del Skulls Of Metal Fest gestionando en torno a las 01:50 horas un apasionante Black Metal llegado directamente desde Galicia y muy meritorio por otro lado teniendo en cuenta que uno de los guitarristas de la banda está afincado en Barcelona. El cuarteto se presentó sobre la tarima con una performance en sus caras a modo de pinturas rituales que, junto con una iluminación bien entendida y unas orquestaciones propias de La Santa Compaña marcaron todo el directo con esa característica que ya desde su fundación personaliza a la banda, el gusto por la decrepitud y la crudeza en sus canciones cuyos mensajes cortos y lapidarios llevan la misantropía como estandarte muy al estilo de las viejas bandas nórdicas de principios y mediados de los años noventa. El grupo cuenta en su haber con cuatro discos, siendo el último editado en 2021 Eve donde mantienen un estilo único en nuestro país.
Sin duda podemos decir que BALMOG hace lo que siente, aquello por lo que se inspira y eso se reflejó perfectamente en su actuación cargada de temas maduros, elegantes, como un paseo en el que camparon por el Black más puro con algunos guiños al Death pero tan sólo para imprimir fuerza a unas canciones ya de por sí cargadas de una atmósfera ortodoxa y muy acorde por otro lado con el ritmo que marca la formación a la voz a modo de de todos a una, regalando al público temas que se sumergieron en el contenido al mismo tiempo que mostraban a través de los instrumentos gran riqueza compositiva, factores ambos que la gente acogió con fuerza respondiendo con irrefrenables headbanging, manos en alto y calurosos aplausos. El Metal más oscuro se transformó en notas gracias a las guitarras implacables las cuales, lejos de ir siempre por libre en esa oferta variada que ofrecen las seis cuerdas, se mostraron hermanadas con el bajo para buscar esa tenebrosidad imprescindible y marcar un ritmo tanto cadencioso como persistente que engrandeció una voz impecablemente rocosa que no caminó sola, ya que los coros acompasaron con disciplina las líricas planificadas que no dejaron nada al azar, pues los interludios entre éstas se acoplaron a la perfección a unos ritmos determinantes a la vez que argumentados con los que asistimos al broche de oro de esta histórica XIX edición del Skulls Of Metal Fest, una edición que abrió la esperanza a los Festivales como los de antaño, con bandas de diferentes nacionalidades que tanto nos enriquecen a los metaleros.
Crónica: MONTSERRAT CALVO
Fotografías: MIGUEL ÁNGEL PRÍNCIPE