Crónica, fotografías y vídeo del concierto de ENUFF Z’NUFF, HIGHWAY y THE MIDNIGHT DEVILS (18-11-2022 Sala Rockville, Madrid)

Montserrat Calvo 23/11/202223/11/2022 0 comentarios 2022, Cathouse Rock Bar, Conciertos, Enuff ZNuff, Glam Metal, Hard Rock, HIGHWAY, Morgana Music Events, R.M Concert Promotions, Rock, Sala Rockville, THE MIDNIGHT DEVILS

Damas y caballeros, bienvenidos a una larga noche de Rock en la que no sólo la música fue la protagonista, sino que la luz, el color, el espectáculo, el show, el feedback con el público y en definitiva una tormenta perfecta se adueñaron el pasado viernes 18 de noviembre de la madrileña Sala Rockville con una velada cien por cien internacional que estuvo dominada por las dos formaciones norteamericanas ENUFF Z’NUFF (Chicago) y THE MIDNIGHT DEVILS (Nebraska), dos espectaculares bandas a las que se unieron nuestros vecinos franceses HIGHWAY para redondear una noche que llegó de la mano tanto de Morgana Music Events como de R.M. Concert Promotions.

Unos relajadísimos THE MIDNIGHT DEVILS fueron los encargados de abrir el directo y decimos lo de relajadísimos, porque la comodidad de este Power Trío ya se vio en la previa a su actuación pues pululaban por la sala perfectamente ataviados con su vestuario Glam característico y sus pinturas de guerra intercambiando impresiones, conversación y sobre todo realizándose fotos con la gente en un ambiente más que distendido que los tres (Sam Spade al bajo y a la voz, Sniper a la guitarra y a los coros y Jimmy Mess a la batería), trasladaron al escenario ganándose al público ya desde inicio con una mezcla de party rock y una notable calidad interpretativa en una perfecta combinación de diversión, desenfado y ejecuciones virtuosas que calaron desde el comienzo en un respetable que se entregó al carisma inspirador del estos divertidos estadounidenses que llegaron con dos discos bajo el brazo, centrando energías sobre todo en el segundo Never Beg Fot It editado el pasado 01 de julio con el que inauguraron su actuación abriendo con “Sound Of Domination” pero sin olvidar su disco debut Something Bigger, un trabajo lanzado en 2018 con el cual empezaron a desprender ese sonido sucio casi Punk, golpeteante, sobrado de Sleaze Rock y aderezado con un Soft sexual y provocador que evoca a grandes como STEEL PANTHER o MÖTLEY CRÜE.

La actuación no se extendió más de cuarenta y cinco minutos, tiempo suficiente para que este arrollador combo nos deleitase con una tremenda versión del “Panama” de VAN HALEN sin dejar de animar desde la tarima a la gente para que se acercase a la primera fila, levantase las manos y les siguiese en estribillos absorbentes, embriagadores y totalmente locos que ellos mismos acompañaban continuamente gritando Madrid, Madrid y regalando Jimmy baquetazos en pie mientras Sam giraba sobre sí mismo moviendo el bajo sin piedad para acompañar en esta versión a un Sniper sembrado, un guitarrista que arrancó sonidos únicos a sus seis cuerdas marcando una cadencia cargada de buen gusto y dejando una impronta idiosincrática en este inmortal tema que el vocalista aprovechó para presentar a sus compañeros, dos jinetes con los que lleva compartiendo conciertos desde la formación del grupo allá por el 2017 y con los que allí mismo enlazó este clásico con otro de los HALEN de nombre “Eruption”.

La sensación de fiesta creada por THE MIDNIGHT DEVILS hizo guiños al Heavy Metal con algunos riffs de guitarra que se acercaron a la NWOBHM para dar cobertura a un Spade que se amparó en el excelente, curtido e imparable guitarreo de su compañero para gestionar uno de los momentos álgidos de la noche al bajarse del escenario, situarse en el centro de un corrillo entre el público, entregar el bajo a una sorprendida admiradora y subirse adornado con un guardapolvos en dos taburetes para seguir con la interpretación del repertorio mientras era aplaudido y jaleado por los allí presentes, impregnados todos de la adrenalina que la actuación estaba desprendiendo con unos músicos cargados de ganas de agradar, de atraer, de interpretar y que no pararon de lanzar púas al enloquecido personal que se divirtió de lo lindo y bailó el que cerró este desenfreno de derroche ochentero “Highway 69”, homenajeando con él de nuevo a su segundo álbum y dejando a todos con la boca abierta sin capacidad alguna de reacción ante un despropósito tanto de buen rollo como de buen hacer que conquistó al local entero.

Desde Francia cogió el difícil relevo el cuarteto HIGHWAY, una formación liderada por los hermanos Ben Chambert (Guitarra) y Romain Chambert (Batería) que asumieron sin complejos el listón tan alto dejado por THE MIDNIGHT DEVILS y lo hicieron con “caña”, arrancando de forma firme en un estilo más cercano tanto al Rock Sureño como al Country con una intensidad más medida pero no carente de contundencia, pues una nada desdeñable discografía de estudio les permitió lucirse con brillantez ante un respetable ansioso por continuar con el on fire inicial y toda la atención puesta en los nuevos que ocupaban la tarima, aunque costó el arranque tras la locura de los de Nebraska.

Buscando una actitud divertida y sin forzar maneras ni speechs, HIGHWAY bajó los decibelios de la sala con elegancia para redundar en melodías de corte Hard Rock muy nítido que calmaron los ánimos sin abandonar los estribillos galopantes a los que el guitarrista imprimió un particular estilo, recorriendo éste el mástil de forma sinuosa para desgranar temas con cierta dificultad al extenderse prácticamente todos como media cuatro minutos y ahondar en dicho mérito gracias a canciones que se movieron desde sus inicios, hasta el último disco IV editado en 2017, asistiendo todos los allí presentes durante la actuación a una gran complicidad entre el bajo y el guitarrista quien se deshizo en solos y punteos de gran lucimiento que paraban sus toques tan sólo para dar pábulo a los coros de la gente, un público que gestionó con ellos las canciones muchas veces a capella pues el vocalista dejó a la audiencia despacharse a gusto con algunas como el dinámico “Wake Up”.

Con palmas a término y palmas en alto durante la ejecución, se fueron extendiendo en un Setlist más completo que los anteriores y centrándose en crear un clima de complicidad que pasase por involucrar a la gente en comienzos que requerían implicación por parte del respetable, cargando así los mismos de baquetazos para perfilar con solidez una pauta que generase la base ideal para la participación en unos estribillos que engancharon sobre todo por una voz solista apabulladora, redonda, con amplitud de registros tanto en graves como en agudos y modulando especialmente estos últimos en una cascada que hizo del tono un derroche vocal contagioso como ocurrió en “Action”, la cual llegó acompañada por un coro de chasquidos de dedos para mecer este Blues que contó con muy buena acogida.

Sin dejar de lado los coros en los que se involucraron todos los miembros de HIGHWAY, continuamos disfrutando de esa suavidad de instrumentos sólo rota en ocasiones por algún rizo de las seis cuerdas y con unas bases rítmicas muy empastadas, una complicidad instrumental que pudimos disfrutar en “Brotherhood” dentro de su último trabajo, en la rítmica “Knock It Off” o también en la acertada “Like A Rockstar”, tema con el cual lograron recuperar algo de luz gracias a la actitud más que activa del seis cuerdas empeñado en conseguir la comunión total entre grupo y seguidores, quienes valoraron con gratitud ese desprendimiento que todos ellos hicieron sobre la escena regalando con “Have A Beer” cierto desdén arisco que movió al siempre triunfante “eh, eh” para jalear al público mientras el cantante Benjamín Folch, miraba al cielo invocando un matiz más desolador para dar por último y mostrando versatilidad un cariz más de jolgorio a un final que cerrase la noche con toque festivo de la mano de “Leave Me Alone”, tema con el cual dejaron un más que buen sabor de boca en todos los allí presentes que mantuvieron en todo momento el crescendo de la velada.

Ni más ni menos que desde Chicago (E.E.U.U.), el también cuarteto ENUFF Z’NUFF fue el encargado de cerrar magistralmente un directo como pocos ya que el aire Glam se adueñó nuevamente del escenario de la mano del fundador, vocalista, bajista, incombustible y único miembro actualmente original del grupo Chip Z’Nuff, un carismático músico que lleva girando desde hace más de treinta años durante los cuales ha editado con la formación a la que prácticamente da nombre más de una docena de discos con grandes temas como son “Fly High Michelle” o “New Thing”, ambos incluidos en el repertorio que la banda gestionó para la descargar en la Rockville regalando una exquisita combinación entre el Hard americano más clásico y cierto Power Pop de tintes “tralleros”.

Con una sala más que repleta, comenzaron a sonar a modo de Intro las primeras notas del “Magical Mystery Tour”, un tema de THE BEATLES con el cual abrieron boca para comenzar a sentar cátedra sobre la tarima, infundiendo contundencia en cuanto a la presencia se refiere sobre todo en la persona de Chip quien con su atuendo ochentero, unas gafas rosas, redondas, gigantes y a lo Lennon comenzó a lucir un bajo tan decorado y psicodélico como trabajado en el sentido musical, pues los acordes del mismo marcaron base durante todo el concierto aprovechándose del excelente sonido que mantuvo la sala durante todo el evento y luciéndose gracias a una variedad de focos que juguetearon a capricho con los nuevos protagonistas, quienes se volcaron con el cantante para acompañarle con coros todos a una infundiendo sonoridad y elocuencia a un show muy centrado en ofrecer calidad más que espectáculo sin descuidar las partes en las cuales involucraron y de qué forma, a los fans allí presentes.

Clásicos de esta banda ya legendaria como “Kiss The Clown” dentro de su disco homónimo, comenzaron a sonar con esa evocación ochentera muy renovada por una guitarra que literalmente se desnudó sobre el escenario, pues el seis cuerdas no dejó fisuras en la interpretación aportando actualidad a unas notas que ya tienen solera pero que no han perdido ni un ápice de contenido, excelencia y sobre todo frescura al igual que ocurrió con la coreada “In The Groove”, muy potenciada por los coros que dominaron todas y cada una de las melodías en todas y cada una de las canciones del espectáculo que junto con la experiencia demostrada por parte de la banda y sobre todo de su líder, fueron escalando en potencia y poder bizarro en temas editados allá por el año 1989 que defendieron con gran calidad y sobre todo mucha elegancia, agudeza, destreza y buen gusto aportado por el seis cuerdas solista Tomas Stoffregan que poco a poco se fue creciendo según avanzaba la actuación.

Chip Z’Nuff no se conformó con inundar el escenario de slpas, garganta y personalidad musical, sino que también estuvo magistral en cuanto a extensos monólogos entre tema y tema se refiere que fueron muy jaleados por todos los allí presentes, quienes sintieron esa química que el protagonista quiso transmitir evitando cualquier sensación de divo y mostrándose cómodo sobre el escenario compartiendo complicidad con sus compañeros, los cuales se entregaron en cuerpo y alma para agrandar el directo con una actividad escénica muy activa dando al repertorio un aire muy dinámico que vio llegar una nueva versión de THE BEATLES con la canción “Eleanor Rigby” para pasar a la de autor “Baby Loves You”, donde ambas guitarras se buscaron ofreciendo casi inmediatamente un solo instrumental de alto nivel en el que la compenetración entre todos hizo estallar en aplausos al respetable que en todo momento mostró su admiración por ENUFF Z’NUFF dejándolo patente con continuas ovaciones, manos arriba y aplausos finales tras cada una de sus canciones.

La optimista “Jet” o la siempre exitosa versión del “Live And Let Die”, trajeron también para seguir calentando el ambiente grandes como la imprescindible “Fly High Michelle”, composiciones que han hecho de ellos una banda sin tintes efímeros que ha mantenido la esencia del Rock con una batería a cargo ahora de Daniel Hill más centrada en redondear base rítmica que en destrozar baquetas, algo que también fue la nota predominante en unos riffs centrados en aportar convivencia, sentido, humildad y a la vez virtuosismo en el manejo de los tiempos turnándose los músicos para hacer gala en un ligero individualismo de profesionalidad sin perder calidez y como elemento destacado, un Chip casi impertérrito al borde del escenario luciendo camiseta del Cathouse como parte de su look, el pub vallecano donde el día anterior hicieron una serie de entrevistas previas a su actuación para diferentes medios especializados y al que quiso hacer un cariñoso guiño luciendo slogan y finalmente cerrando la actuación con “New Thing”, la cual precedió a un nuevo homenaje a los de Liverpool gracias a “Helter Skelter” que despidió con honores una velada potente, entrañable, llena de luz, color y fiesta en la que no faltó música con mayúsculas en las sabias manos de tres bandas que se mostraron intratables sobre las tablas.