Crónica y fotografías del Festival Barcelona Rocks 2023 (08 de julio en Barcelona, España)

Montserrat Calvo 12/07/202312/07/2023 0 comentarios 2023, ÁNGELUS APÁTRIDA, Barcelona Rocks, Barcelona Rocks 2023, Conciertos, Eclipse, Festival, Hard Rock, Heavy Metal, SAXON, Scorpions, Thrash Metal

Mientras el verano avanza inexorable como sinónimo de descanso y ocio, el Rock & Metal invade el período estival en nuestro país con una amplia e imbatible oferta de conciertos en formato Festival, deleitándose con la misma tanto a incondicionales como a nuevos y jóvenes seguidores que abarrotan recintos enfundados en casi un luto riguroso para mostrar con orgullo en sus camisetas a sus ídolos, unos dioses que se hicieron realidad en este caso el pasado sábado 08 de julio en la ciudad de Barcelona y enmarcados en el Festival Barcelona Rocks 2023, un evento que acogió con fiereza a cuatro grandes bandas como son ECLIPSE, ANGELUS APATRIDA, SAXON y SCORPIONS.

Tomando el relevo por este año del tradicional e imprescindible Barcelona Rock Fest siempre ubicado en el Parc De Can Zam (Santa Coloma De Gramenet), en 2023 el acontecimiento ha sufrido varios cambios afrontados con rigor y profesionalidad por parte de la organización, ya que las obras del mencionado recinto hicieron que los conciertos se trasladasen inicialmente al Palau Olímpic De Badalona (Badalona) con seis propuestas que también incluían a H.E.A.T. y a ROSS THE BOSS, dos tremendos grupos que finalmente desaparecieron de un cartel que ofreció el plantel mencionado al principio descargando éste con contundencia en un recinto diferente al inicialmente planteado, pues definitivamente fue el Sant Jordi Club en Barcelona el anfitrión de un show que hizo memorable esta jornada liberada desde el comienzo por lo espectacular de su arranque, de todos los prejuicios que los cambios hubiesen podido generar en el público.

Inmedible escenario, pantalla gigante a juego con el mismo, puntualidad en el comienzo de las actuaciones, sonido explosivo, una mágica e impresionante iluminación y una plataforma desplegada en el centro de la gigante tarima para que las bandas pudieran acercarse más al público favoreciéndose así el feedback, son los elementos que a modo de carta de presentación se pusieron sobre la mesa como un exquisito menú para las más de 3000 almas que llenaron el recinto viviendo todas ellas hipnotizadas una metalera jornada que comenzó en torno a las 17:30 horas con la siempre ansiada apertura de puertas, unos umbrales que se volvieron a atravesar pasada la media noche por los mismos rostros felices, satisfechos y generosos en sus comentarios sobre lo que acababan de presenciar, pues esta edición tan diferente del Barcelona Rock Fest bajo el nombre de Barcelona Rocks 2023 nos ha enamorado a todos.

ECLIPSE desde Suecia marcó ya desde el comienzo un ritmo frenético con su Hard Rock Melódico que se mostró más intratable que nunca, pues la banda se adueñó de las tablas acariciando las mismas con las más armónicas melodías pero desafiando también la escena con afilados riffs que sonaron brillantes, quedando así patente el inmenso potencial que tiene esta formación en los grandes directos al engrandecerse sus actuaciones ante multitudes como la del pasado sábado y cogiendo su frontman Erik Martensson las riendas de un concierto donde la interactuación con la gente fue crucial, pues el vocalista no sólo desgranó con solvencia y elegancia imprescindibles como “Roses On Your Grave” sino que compatibilizó virtud vocal con continuas motivaciones hacia la gente para que junto a él levantase las palmas y bailase los elaborados, exquisitos y melódicos temas no exentos de contundencia con margen también para bajar la intensidad ante baladas como la emocionante “Hurt”, merecidísimo single en su día del disco Monumentum editado en 2017 como segundo trabajo de la formación.

La traca Hardrockera siguió al ritmo de la pegadiza “Twilight” donde Philip Crusner adquirió un especial protagonismo al frente de las baquetas, pues ese ritmo tan arrollador que puso en movimiento muchas cabezas fue marcado por sus cálidas a la vez que potentes pegadas golpeando los parches de cuero y facilitando derroche de punteos a cargo de su compañero a las seis cuerdas Magnus Henriksson, quien recorrió en más de una ocasión la tarima para intercalar posición sobre la misma con el bajista Víctor Crusner y seguir regalando composiciones de la talla de “Runaways” coreada por todos los allí presentes como si de un karaoke se tratase, demostrándose así tanto la fidelidad como el cariño del público español hacia este cuarteto que de forma recíproca siempre se muestra incontestable en las actuaciones llevadas a cabo en nuestro país.

Los cuarenta y cinco minutos de los que disponía la banda para su actuación, se fueron completando con otras interpretaciones tan relevantes y características como “The Downfall Of Eden” que supuso uno de los momentos álgidos de la noche y a la cual los focos hicieron justicia, llegándose con ella a un hermanamiento entre grupo y feligresía que se hizo totalmente evidente al mantener este tema una poderosa, desenfadada y fluida melodía que contrastó con otras como “Black Rain” de pisada más cadente que llegó para demostrar la versatilidad tanto compositiva como interpretativa de ECLIPSE cuya involucrada, lucida, entusiasta, armónica y empática actuación derivó pletóricamente en “Never Look Back”, “Saturday Night (Hallelujah)” y el esperado himno “Viva la Victoria”, rematándose así un directo cum laude con la rendición a sus pies de todos los allí presentes desgañitados ante esta última que cerro un show de auténtico infarto, luciéndose en el mismo todas las melenas al viento y mostrando un público totalmente entregado a este cuarteto que pisó con fuerza el cuadrilátero del Barcelona Rocks 2023, quedando patente el buen estado de salud del que goza el Hard Rock y consolidando el grupo tanto con sus manos como con sus voces un querido estilo denominado también y cariñosamente Hair Metal cuyo futuro en gran parte gracias a ellos, está sin duda garantizado.

Los cuatro jinetes albaceteños ANGELUS APATRIDA no sólo son profetas en su tierra, sino que prácticamente llegados de una prolífica gira por Estados Unidos el grupo ha enlazado la misma con la grabación de nuevo disco y una ristra de conciertos también en nuestro país que lejos de bajar de intensidad tras largas jornadas al otro lado del Atlántico, se han engrandecido arrastrándonos a todos con ellos para disfrutar de la cercanía que esta querida banda patria de Thrash Metal derrocha junto con sus despiadados temas cargados de calidad, trabajo, feeling, entrega, involucración, superación, optimismo, potencia, ferocidad, energía y sobre todo esa humildad que caracteriza al vocalista y guitarrista Guillermo, al baterista Víctor, al bajista José y al guitarrista David siempre mencionando y llevando todos ellos a su querida tierra por bandera.

Tras pasear con éxito y bendiciones su disco Indoctrinate por multitud de escenarios, la banda editará nuevo trabajo a finales de año estando ya inmersos en un nuevo tour al que sin duda venderemos nuestras almas y que lleva por nombre Aftermath Iberian Tour 23 ‘ 24, una gira ya iniciada donde desentrañan el secreto mejor guardado con algunos de los temas que ya son pistas de su nuevo redondo como hicieron el pasado sábado adelantando cañonazos de reciente hornada que volaron la cabeza de la gente, una siempre fiel parroquia que pudo disfrutar tanto del nuevo material como de la posibilidad para poner los cinco sentidos en canciones que adelantan una producción de lujo con juegos de tiempo ideales para la garganta siempre profunda, cavernosa y de impresionante velocidad marca Guille que gestiona impecablemente los ritmos pesados llenos de agresividad y contundencia, dejándonos una hilera de registros rápidos en temas cortantes donde apreciamos al mismo tiempo altas dosis de melodía en un Thrash de línea más norteamericana.

El pasado estuvo muy presente en un amplio repertorio que rememoró el Cabaret De La Guillotine embelasando el “One For Us” con su embrujador arpegio inicial, un tema que ganó en rotundidad gracias a las implacables luces que permitieron apreciar los punteos más mágicos que sabe siempre regalar David quien tiró en varias ocasiones de la plataforma que a modo de alfombra se abría en el centro del escenario, dando fe sobre ella de que sus solos son tan rabiosos como veloces y pasando de ésta a otra del mismo disco que fuera además primer single de título “Sharpen The Guillotine” en clara representación del Thrash más puro y ortodoxo manejado desde atrás por la cadencia de la batería dominada casi a ciegas por el sólido Víctor, uno de los pilares de la formación si es que podemos decir esto de una banda cuya solidez, contundencia e incluso éxito es sin duda su impertérrita unión.

Fulminantes culminaron ANGELUS APATRIDA su show con el épico Indoctrinate descabezando con ira la homónima al álbum que es literalmente un bombazo de sonidos, un tema que tiene más futuro que pasado siendo muy bien acogido con headbanging y los imprescindibles pogos animados como siempre por el cantante alentando a ellos con la ya mítica frase “una para bailar”, algo en lo que la gente no defraudó enfrentando también de esta forma “We Stand Alone” y “Bleed The Crown” que también formaron parte de un concierto sin fisuras, redondo, un auténtico golpe sobre la mesa de estos thrashers que cerraron el Festival marcando el ecuador de una noche en la que fueron únicos en su estilo, pues el Heavy más clásico contó con mayor presencia aunque no tuvo más remedio que admirar el buen hacer de nuestros manchegos más internacionales.

SAXON se subió a las tablas del Barcelona Rocks pisando fuerte para meterse en el bolsillo a una ciudad que llevaba años esperando su regreso, ya que la formación no visitaba la Ciudad Condal desde el 2019 y aunque sin duda la banda es siempre una firme apuesta a caballo ganador, pareció en esta ocasión sabedora de la expectación que levantaba y nos regaló una de sus mejores veladas repasando clásicos con la presencia en el escenario del guitarrista Paul Quinn, un prodigio a las seis cuerdas y miembro fundador de este ya legendario combo británico que ha constituido uno de los pilares del grupo e imbatible, apareció junto a su compañero de batallas Biff Byford de forma sorpresiva para todos y evocando la original esencia que SAXON manifiesta en ese Heavy Metal exquisito donde los cinco dandis recogieron nada más aparecer, las ovaciones del público al que comenzaron a entregarse con la querida “Motorcycle Man” remontándonos nada más y nada menos que a 1980 para hacernos sentir como si el tiempo no hubiera pasado.

Un escenario engalanado que derrochó luces, color y sonido coronado todo ello por una pantalla gigante que nos acercó más al grupo, se mostró como un marco perfecto y a juego sobre todo con la elegante casaca de Biff que imprimió elegancia al vocalista mientras demostraba paseándose por toda la tarima mantener una voz en plena forma, exponiendo una garganta que desgranó impertérrita otros grandes temas como “Heavy Metal Thunder” brutalmente cargado de poderosos y lucidos riffs que marcaron el inicio del mismo con un Quinn inmisericorde a la hora de gestionar su mástil, una guitarra a la que otorgó durante todo el directo un innegable protagonismo llenando la misma de una velocidad incontrolada fruto no sólo de su reconocido talento que no ha perdido ni un ápice de ese punch con el que siempre ha contado y que lleva en el ADN, sino tal vez también de prodigarse poco en cuanto a sus apariciones con SAXON se refiere volcándose así en ellas cuando ocurren para dar en cada una lo mejor de sí mismo como también hizo en “Wheels Of Steel”, canción homónima al segundo trabajo de la banda en cuya composición quedó patente la creatividad con la que contaba el grupo en esos épicos ochenta.

El quinteto siguió fiel a su referente inevitable de la NWOBHM con una batería imbatible de aspecto titánico al presentarse rodeada por torres en hilera de Marshall, favoreciendo ésta en rotundidad el directo que siguió embaucando a un respetable literalmente on fire y generoso tanto en ovaciones como en aplausos con un grupo al que acompañó cantando puño en alto himnos como “Denim And Leather” o “20,000 Ft”, desatando ambos la locura colectiva hasta el punto de lanzar algunos metaleros sus parcheados chalecos al escenario como prendas fetiche que fueron recogidos por Byford quien en un guiño de complicidad con la gente y sin abandonar el micrófono, se los fue colocando uno a uno ante las ovaciones de todos los allí presentes más unidos que nunca en una auténtica comunidad del Metal acompañando a SAXON en la mítica “Crusader” la cual que retumbó en un reciento plagado de cuernos en alto como si dentro del mismo se estuviese desarrollando un ritual sagrado, una consagración perfecta a los cinco músicos de pegada impecable que imprimieron a cada una de las notas un brillo especial que la parroquia supo entender, apreciar, disfrutar y sobre todo agradecer.

El Metal impecable de estos británicos tan especiales conectó con la feligresía adoradora del Heavy más acariciador que de forma imparable, siguió también aplaudiendo algunas canciones más actuales aunque no por ello menos valoradas pues el amplio conocimiento de los temas quedo patente cuando la gente les acompañó también en “Carpe Diem (Sieze The Day)” o “Thunderbolt”, formando con ellos un matrimonio indisoluble que entendió a la perfección estos discos más recientes como dignos herederos de los anteriores en cuanto a las pulidas interpretaciones no exentas de estribillos pegadizos se refiere, unas composiciones que enlazaron almas manteniendo ciertas reglas intactas centradas en contar historias sencillas que calan en el público y se convierten en imprescindibles en la vida de éste como la que cerró el perfecto y mágico show “Princess Of The Night”; tan perfecta, tan genial, tan enérgica, tan vibrante y apoteósico broche final a una actuación con sabor a cabecera de cartel que nos dejó a todos tocados en cuanto a desborde y mezcla de sentimientos de refiere para de esta forma no olvidar, que SAXON siempre formará parte de nuestra vital banda sonora.

Un telón cubrió el escenario anunciándose en el mismo blanco sobre negro lo que todos ya sabíamos, el esperado cierre de la exitosa velada a cargo de los teutones SCORPIONS muy generosos en cuanto a visitas a nuestro país se refiere y que ocultos tras las inmensas cortinas, preparaban entre bambalinas su estelar actuación dándonos mientras tanto un respiro para digerir lo que llevábamos hasta el momento a nuestras espaldas antes de que la pesada lona cayese y nos dejase ver perfectamente ubicados sobre el escenario, a los cinco jinetes arropados por una batería subida en una tarima escalonada a modo de mastaba que había permanecido oculta durante toda la noche para manifestarse ahora en todo su esplendor, iluminada, majestuosa y dispuesta a acoger en sus peldaños el continuo ir y venir de unos músicos que la explotaron al máximo al igual que hicieron con el apéndice escénico central para acercarse a la gente en un continuo feedback del que todos ellos fueron protagonistas, paseándose por la pasarela para interactuar con un público que recibió continuas prebendas de la mano de un Klaus Meine generosísimo como siempre en el regalo de baquetas.

Con la temida sensación de que pudiera ser la última vez que viésemos en España a la banda, la gente se abandonó al directo abanderado por todos ellos con Meine a la cabeza y un Rudolf Schenker que se echó a las espaldas la parte más vistosa del show, apareciendo el seis cuerdas hacia el ecuador del mismo con una guitarra turbo motor que despedía humo al mismo tiempo que arpegios para mostrar de forma intratable sus virtudes al igual que el resto de sus compañeros en un entorno que ya sólo podemos adjetivar como glamuroso, comenzando en el mismo a mostrar galones la banda con “Gas In The Tank” que abrió paso a toda una metralleta de temas tradicionales como “Make It Real” o “The Zoo” entre ya iniciales efectos visuales de pirotecnia enjaezados estos, con las imágenes más visuales de la pantalla ubicada a sus espaldas enseñando este gigantesco led tanto diferentes imágenes del grupo como otras relacionadas con los temas que se iban descargando sobre el escenario, canciones que se prolongaban en sus partes instrumentales dejando que Klaus abandonase la escena para tomarse merecidos descansos ante su imparable actitud sobre la tarima.

El clima del Sant Jordi Club iba in crescendo para seguir un guion tan esperable como deseable pues los temas más famosos, fiesteros, pegadizos y memorables fueron sonando entre las paredes del recinto contando con la imparable alegría de la gente que recordaba los mismos con precisión y cariño, entonando todos como una sola garganta composiciones de la talla de “Bad Boys Running Wild” incluido en el irrepetible disco Love At First Sting del 1984 que constituyó el noveno álbum de la formación y que ya desde su lanzamiento, estuvo condenado no sólo al éxito sino a convertirse en un clásico del Hard & Heavy del que también interpretaron otras de igual nivel como “Rock You Like A Hurricane” o “Big City Nights” que Meine capeó a la perfección mezclando registro trabajado y experiencia efectista, dejando de esta forma claro que puede afrontar el registro de los mismos y convertirlos de nuevo bajo el testigo de sus cuerdas vocales en auténticos emblemas insuperables que han envejecido como Dorian Grey, utilizándonos a nosotros como metafóricos retratos para encumbrarse como perdurables y ser entonados por todo el pabellón seguramente con la misma pasión con la que fueron compuestos.

Uno de los momentos álgidos de la noche fue el protagonizado por el baterista Mikkey Dee, el excelso baquetero de los desaparecidos y no menos excelsos MOTÖRHEAD que tuvo su momento de gloria con el solo propio de unos años noventa en los que esta imagen de héroe solitario sobre las tablas era tan habitual, como el juego que éste hizo entre bombos y público gestionando la metalera química entre ambos personajes para hacer que la gente siguiera con medidos “eh, eh” los baquetazos inmisericordes que imprimió durante unos minutos a sus parches antes de que sus compañeros volviesen a aparecer sobre un escenario, el cual también abandonaron para que un foco recalase minutos más tarde en Matthias Jabs quien recogió el relevo de los solos y encaró con su guitarra y como único visitante de la tarima un camino iniciático para dejarnos nivel de exquisitos punteos muy del gusto del respetable, un público que adoró y saboreó los mismos tanto con atención como con admiración contenida ante lo místico del momento.

Un concierto de SCORPIONS no sería un concierto de SCORPIONS sin la tanda de baladas que caracteriza a este grupo tal vez no tanto por su cantidad, sino por la calidad y éxito de la mismas traspasando alguna de ellas como la también perteneciente a aquel Love At First Sting y de título “Still Loving You” las fronteras más ortodoxas del Metal para instalarse casi masivamente entre el público de gustos más variados y es que tanto ésta, como la conmovedora “Send Me An Angel” o la profética “Wind Of Change”, conformaron la parte más dulce y emotiva del espectáculo aportando una calidez certera a la que todos respondimos con los brazos en alto como una auténtica familia unida por letra y música para acompañar a esta gran banda que una vez más, volvió a demostrar porqué sigue pisando fuerte una arena ante unos eternos fieles que les siguen mostrando una eterna pleitesía y que abandonaron el reciento con los corazones henchidos tras haber vivido una noche no sólo inolvidable sino única, como lo son todas las que tienen al Rock y al Metal como protagonistas.