Crónica y fotografías del concierto de Ben Poole y Jared James Nichols (20-09-2023 Sala Granada 10, Granada)

Montserrat Calvo 26/09/2023 0 comentarios 2023, BEN POOLE, BLUES, Conciertos, Etin Produccions, Hard Rock, Jared James Nichols, Rock, Rock And Roll, Sala Granada 10

La extensa y sin duda exitosa gira que el guitarrista y cantante estadounidense Jared James Nichols está llevando a cabo por nuestro país durante el presente mes de septiembre, ha llevado al jovencísimo virtuoso a la siempre enigmática y embrujadora ciudad de Granada donde este amante del Blues & Rock nacido en el East Troy de Wisconsin recaló el pasado miércoles 20 en la que ha sido su segunda parada dentro de este tour sin precedentes, contando para la citada ocasión con otro showman a las seis cuerdas como es el británico Ben Poole y formando ambos el binomio perfecto para una inolvidable noche de miércoles donde las distorsiones más puras fueron las protagonistas.

De la mano de Etin Produccions, nos acercamos a la Sala Granada 10 para disfrutar junto con un nutrido grupo de incondicionales de dos guitarristas explosivos que en formato Power Trío, derrocharon tanto calidad como actitud caldeando a una feligresía totalmente identificada con el espectáculo que además gozó de una cercanía escénica inusitada como plus de ambos directos.

Abriendo fuego apareció Ben Poole sobre la tarima junto a bajista y batería que ejercieron de fieles escuderos arropando a un Poole en auténtico estado de gracia, algo que descubrimos nada más iniciarse una actuación que no escatimó en riffs, punteos, ritmos acariciadores a la vez que intensamente demoledores y melodías enfocadas al directo más genuino para desarrollar un exquisito Blues al que la rivereña estética de la Fender Telecaster de Ben, ayudó en cuanto a la creación de una atmósfera de auténtica empatía y feedback con el público ya desde el comienzo.

La cercanía con la que se desarrolló el directo facilitó el que los allí presentes pudiésemos prácticamente acariciar a los protagonistas, siendo espectadores de lujo de cada uno de los acordes que tanto de las cuerdas de acero como de las baquetas salían firmes en interpretaciones cargadas de punch al desgranarse temas como “Take It No More” perteneciente a su disco Anytime You Need Me editado allá por el año 2018, desplegándose con él y nada más arrancar la actuación una poderosa mezcla entre melodía y técnica ambas latentes también en una canción tan penetrante como la siguiente “Win You Over”, pudiendo presumir en ambas el bajista Steve de unos slaps más que acertados en cuanto a marcar unos excepcionales cambios de ritmo imprescindibles para sentar la base rítmica.

Muy cómodo sobre las tablas y con una voz impecable, Ben fue practicando con perspicacia una cada vez mayor y más certera química con todos los allí presentes, situándose en numerosas ocasiones al filo del escenario para sentir la cercanía de un público que aplaudió a rabiar cada una de sus canciones jaleando composiciones tales como “Dirty Laundry” con la que versionó y casi hizo suya la fronteriza voz de Don Henley mientras proseguía recorriendo su mástil en un directo muy marcado por el intimismo, el carisma y el personalismo que impregnaron el ambiente, volviendo acto seguido el estratosférico guitarrista a temas propios en este caso en forma de balada con “Don’t Cry For Me” con la cual nos puso las pilas con un solo de los que hacen historia volcándose en sus seis cuerdas para estirar, acariciar y sacar partido a cada una de ellas gestionando una de las más ovacionadas de la noche tras una imparable fascinación hipnótica de casi diez minutos de arrebatadores punteos.

“Have You Ever Loved A Woman” llegó con toda la sala metida en el show gracias en gran parte a ese registro tan puro, modulado y cargado de esencia que posee la garganta de Poole, unas cuerdas vocales privilegiadas que estuvieron en todo momento apoyadas por los coros del bajista siempre en un discreto e imprescindible segundo plano y por los certeros golpes en el cuero de un batería muy centrado tanto en estos, como en la figura de Ben a la que no quitó ojo en toda la actuación siguiendo y sintiendo los gestos del bluesman para acompasar su voz en la sombra especialmente en esta pieza versión del magistral afroamericano Freddie King cuyo elaborada línea musical, tocó la fibra norteamericana en los años cincuenta siendo el primer músico de Blues que tuvo una banda multirracial y haciendo un guiño Poole a este precursor del estilo al gestionar un tema con una latente cadencia de la batería que supo leer como nadie la pureza de una canción prácticamente cantada a capella.

El final se presentó con “Any Time You Need Me” y una ristra de gestos simpáticos que junto con algunos speeches por parte del homenajeado, hicieron las delicias de un público que supo agradecer la calidez de este cantante pero sobre todo gran instrumentista quien quiso despedirse con la que da título a su álbum homónimo, dejándonos con ella una guitarra para la galería en esta canción que parece cabalgar entre dos mundos distintos como son la habilidad y la sensibilidad para un tema cuya ejecución en directo no presenta cambios con respecto a su escucha en el disco, lo cual encumbra tanto a la composición como a los músicos por mantener esa fidelidad a veces tan difícil de llevar a cabo y sobre todo hacerlo con una exquisita elegancia que marcó un fin de fiesta arrollador con manos en alto y una tanda imparable de merecidísimos aplausos para esta banda que conquistó por su sencillez, calidad y sobre todo por la alta capacidad transmisora de emociones.

La velada ya estaba encendida y tras un breve cambio de backline, llegó el turno del muy esperado Jared James Nichols al que sin duda su compañero de filas había dejado el listón muy alto y es que si hay un adjetivo que defina lo vivido en Granada esa noche es sin duda maestría, pues la batería de habilidades que aún nos esperaba permitió que todo el talento de Jared se pusiera sobre la mesa gracias a un Set List de trece temas que James desgranó con entusiasmo, pericia y sobre todo una eterna sonrisa en su cara que no le abandonó durante toda la actuación.

El álbum homónimo a Nichols fue el protagonista del concierto pues de él pudimos escuchar hasta ocho temas presentados con ilusión como parte de su tercer trabajo muy enfocado al directo, regalándonos con su eterno amor en forma de Gibson Les Paul un arte que sólo él posee y es que disfrutar de este poderoso gigante que maneja las seis cuerdas con una destreza tan sencilla como elaborada, ya nos dejó a todos con la boca abierta nada más arrancarse con “Easy Come, Easy Go” coreada y muy aplaudida para abrir boca como si fuera todo un clásico.

Muy cómodo desde el principio sobre las tablas de la sala y con un bajista a su lado que imprimió actitud y ritmo a la tarima sin dejar de jalear al público pidiendo continuamente que se elevaran los brazos para palmear los pegadizos estribillos, el músculo de James y no es metáfora se hizo patente en la veloz “My Delusion” que abre honrosamente el mencionado disco y lo hace con la contundencia de una genial base rítmica cargada de giros rápidos y cortos, pues el tema tiene un cariz tan rockero como directo perfectamente aderezado por la cadencia de un bajo muy impulsado también por los coros del citado cuatro cuerdas como un nervioso a la vez que excitante potenciador de espectáculo que demostró poderío en la siguiente a la vez que versatilidad, pues con “Down The Drain” se amoldó sin esfuerzo a un medio tiempo que requirió más pausa pero más excelencia al medirse los decibelios de forma reflexiva y coger oxígeno el grupo mientras la voz de Jared se despachaba a gusto en un ambiente de auténtico fervor.

Power Trío a la carta con un Jared a la cabeza en plena forma que se entendió a la perfección con sus compañeros, demostrando lo trabajada que se presenta esta gira y lo poderosa que es la misma en la elección de un frenético repertorio que la garganta de este brutal genio compositivo defiende con pasión y crudeza como en “Hard Wired”, tema donde la guitarra volvió a envolvernos metiéndonos en el climax de esos setenta tan del gusto de James junto con la dosis guitarrera de “Threw Me To The Wolves” del 2022 o la rudamente psicodélica “Skin ‘N Bone”, marcando todas ellas un camino a seguir centrado en esos años dorados de los que Nichols no se despega aunque modernizando el sonido para dirigir el mismo hacia sinuosos parajes dominados por afiladas notas de guitarra que se escurren entre unas manos que parecen manejar la misma como un juguete mientras el jugo del mejor Ted Nugent, seguramente hipnotizado ante el estilo y corte épico de esta última, hubiera disfrutado también del buen gusto melódico que la domina y que convive con un estribillo acariciadoramente pegadizo demostrándose una vez más la facilidad de Jared para moverse por todos los recovecos explorados e inexplorados del Blues Rock.

El impacto de ver tan de cerca tocar a alguien sin púa lo disfrutamos al máximo pues cuando Jared se aproximaba a la primera fila del escenario interactuando con el público al que también dedicó extensos y divertidos speeches, veíamos casi con incredulidad como los dedos se deslizaban por las cuerdas de su guitarra tocando las mismas sin filtros y generando esa sensación de lo auténtico, siendo tal vez una de las claves de su éxito la ausencia de aditivos y la limpieza con la que sus manos acarician el acero sin más armas que los propios dedos mostrándose éste como un huracán ante “Bad Roots” del que fue un importante artífice el baterista pues como un torbellino sentado frente a sus parches, adquirió protagonismo a lo largo de la noche al imponer in crescendo un ritmo de auténtica locura tanto en ésta como en las que sin duda supusieron dos de los momentos álgidos de la velada y que fueron “Honey Forgive Me” incluida en el álbum Black Magic (2018) y “Shadow Dancer”, un tema cargado de velocidad y optimismo que nos mostró un baqueteo sólido y certero muy propio para ensamblar una canción de velocidad salvaje marcando en la misma una cadencia medida a la vez que impetuosa para dejarnos ver de forma inmisericorde, las partes más despiadadas de un Rock marca de la casa.

Voz cruda y potente junto a solos sencillos, veloces, técnicos y frescos que paradójicamente suenan tanto a recién creados como a viejos conocidos como es el caso de la sexy y desenfadada “Good Time Girl”, empezaron a enfilar el fin de fiesta que contó con otra parada más en el Black Magic gracias a “Keep Your Light On Mama” de corte más metalero y muy bien acogida por un público de primera que conocía prácticamente al dedillo cada una de las notas que llenaban un recinto de sonido perfecto y luces acordes con la inspiración de ambas bandas, poniendo éstas literalmente el foco en los momentos más relevantes del show y resaltando con su luminosidad los coros y riffs que desenfundó “Nails In The Coffin” antes de que una apoteosis final de distorsiones llegase como broche dorado con el clásico “War Pigs” de los legendarios BLACK SABBATH, despidiéndose por todo lo alto con ella esta banda liderada por Jared James Nichols que no sólo dejó su impronta en la ciudad andaluza, sino que está barriendo la Península Ibérica como una auténtica horda formada por tres jinetes a los que en muchos puntos de la geografía nacional aún podemos admirar para saber lo que son capaces de hacer sobre un escenario.