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Crónica y fotografías del concierto de Laura Cox y MANGROOVES (22-04-2022 Sala Rockvillle, Madrid)

De la mano de Etin Produccions, en una siempre acogedora Sala Rockville, bajo unos generosos focos que vibraron durante toda la noche haciendo justicia a los artistas y con un escenario agradecido, el cual tiró de atrezzo en varias ocasiones gracias a una bruma que lo inundó puntualmente para dar carga ambiental al show, saltó a escena la banda madrileña llamada a encarar la apertura de un concierto que se presentaba de altos vuelos por la esperada visita de la guitarrista, cantante y compositora anglo-francesa Laura Cox, una visita que MANGROOVES se encargó de calentar sin que esta actuación estelar apagase en absoluto la suya, ya que la banda bordó literalmente un repertorio de ocho canciones entre las que incluyeron una versión del “Another Road” de MORGAN.

Nacido en el año 2015 con influencias de varios estilos musicales que van desde el Metal hasta el Country pasando por el Rock más tradicional, el quinteto formado por Marina Arpeiz a los teclados, Keru a la guitarra, Ismael Olivares a la batería, Inés Cárcamo a la voz y Javier Abarca al bajo, ha sufrido una constante y sólida evolución que le ha acercado cada vez de forma más rotunda y fresca el Groove, facción ésta que sin duda están condenados a liderar y cuya representatividad como grupo ha quedado plasmada en tres EP’s, estando el último a punto de ver la luz y del que adelantaron el tema “Don’t Say It Out Loud”, donde pudimos apreciar con claridad esa visión expansiva que del ritmo tiene MANGROOVES al presentar el tema una interesante sensación intuitiva cuidadosamente dispuesta y sobre todo contagiosa.

Ante una sala repleta y dispuesta a la entrega, MANGROOVES comenzó a dar forma al evento recuperando su segundo EP llamado Sunday Rivers gracias al tema “Janis”, el cual gozó de ricos aportes por parte de unos teclados muy intensos a cargo de Marina quien se enfrentó a su primer directo con gran firmeza y seguridad, constituyendo un gran apoyo en el ritmo para las seis cuerdas de keru muy versátiles en toques de Rock y cierto Metal con distorsiones en algunos tramos que favorecieron elaborados punteos a la guitarra en temas como “Start A Fire”, “Black Flags” o “Earth Shout”, yendo en su singladura interpretativa del pasado hacia el presente con este poderoso trío de canciones donde la psicodelia inundó la tarima por momentos, siendo fundamental en la última esa cadencia basada en los slaps de Javier que resultaron imprescindibles junto con los suaves baquetazos de Ismael. quien se empleo a fondo especialmente con los platos de la batería.

La mezcla de sensualidad, potencia, desgarro y en ocasiones rabia, caracterizaron durante toda la noche la voz de Inés, una vocalista que supo acercarse a un público el cual fue recibiendo con agrado cada una de las canciones y ante el que se mostró cómoda sobre las tablas liderando a sus compañeros y gestionando con honores canciones que hizo bailables, temas con los que en varias ocasiones el respetable puso las manos en alto en señal de complicidad y claro apoyo a la frontwoman cuando su garganta derrochó profundidad confiriendo a los temas credibilidad, seriedad, cierta languidez y sobre todo carisma, redondeando estos adjetivos con un extraordinario buen gusto las veces que se ayudó de una guitarra para acompañar el Set List

La recién estrenada “Don’t Say It Out Loud” se encargó de dar paso al único cover de la noche que llegó con “Another Road” (MORGAN), una elección muy acorde con la línea de la banda y gracias a la cual pusieron nuevamente de manifiesto su capacidad de adaptación y su no menos capacidad para llevarse a su terreno otras canciones, añadiendo un personal aliño en el que todos los instrumentos cobran su importancia sin que destaquen personalismos y con la sólida creencia en unas bases rítmicas poderosas como las mostradas de la mano de “Let The Music Be” y “Hell Is My Heaven”, ambas con marcada contundencia de bajo y batería que hicieron un empaste perfecto entre ellos no sólo complementándose ambos, sino cerrando el círculo musical en cada una de las canciones al armar con energía su estructura, participando de unas composiciones que calaron entre los allí presentes y que fueron gestionadas con aplomo, soltura y una excepcional elegancia no siempre fácil de transmitir, siendo muy aplaudidos por todos los allí presentes a los que sólo les faltó un bis como guiño final 

Set List de MANGROOVES: “Janis”, “Start A Fire”, “Black Flags”, “Earth Shout”, “Don’t Say It Out Loud”, “Another Road” (MORGAN), “Let The Music Be” y “Hell Is My Heaven”.

Tras los pertinentes cambios sobre el escenario para amoldar éste a la nueva actuación, subieron al mismo casi en semioscuridad los tres acompañantes de Laura Cox en este show donde, junto al guitarrista Mathieu y al baterista Antonin, un nuevo bajista llamado Adrien desplegó encantos durante toda la actuación constituyéndose en una pieza clave sobre las tablas no sólo por sus impecables trazadas al bajo, sino por una actitud más que proactiva animando a la gente a formar parte de la banda en coros y estribillos. 

Con este perfecto acompañamiento subió Laura a la tarima y sin ningún preámbulo comenzaron a sonar los primeros acordes de “OBM”, “Too Nice For Rock And Roll” “Take Me Back Home”, temas con los que la joven aunque ya veterana guitarrista comenzó a afrontar una noche en la que se centraría en sus dos discos editados hasta la fecha en un claro acierto vistas las reacciones de la gente ante el despliegue de calidad, un don que fue poco a poco demostrando esta virtuosa seis cuerdas dispuesta a regalar una velada calurosa y sobre todo cargada de riffs estratosféricos, punteos imparables y solos impecables con los que recorrió el mástil de las tres guitarras que lució durante sus casi dos horas de actuación.

Que el público sabía a lo que había ido estaba cada vez más claro ya que no sólo quedó patente con sus manos en alto y los profusos aplausos, sino que el conocimiento de las canciones era total y el agradecimiento por ello se reflejaba sobre el escenario pues los músicos se sintieron cómodos sobre el mismo y así lo manifestó Cox a través de continuos speechs entre tema y tema que la acercaron a la gente, facilitando esto que se fueran sucediendo canciones como “Bad Luck Blues”, “Looking Upside Down”, “Haw” o “River” sin que apenas nos diésemos cuenta y cuya duración hizo corta la propia actitud de los protagonistas repartiéndose por doquier las miradas del respetable sin centrarse sólo en la vocalista, sino dando también una elevada importancia al resto de músicos que se fueron involucrando cada vez más en el espectáculo adquiriendo así relevancia junto a ella y evitando que se convirtiese en un directo unipersonal.

Muy relevante fue en todo momento el intercambio de papeles que tanto Cox como Mathieu llevaron a cabo con sus respectivas seis cuerdas, apartándose en ocasiones Laura de la primera línea de la escena para dejar que ésta fuese ocupada por su compañero quien no dudó en despilfarrar calidad instrumental y una delicada y medida a la vez que potente velocidad en las notas que arrancó a sus cuerdas, demostrando agilidad y versatilidad tanto en las partes más rítmicas como en las que exigieron de él más concentración recorriendo el mástil con brillantez, sentimiento y pulverizando sonidos para dejar ver que la maestralidad también debe centrarse en el buen gusto y no sólo en el nada desdeñable arte de la rapidez. 

La penetrante voz de Laura Cox se mostró sublime en la ejecución de las canciones, logrando aunar su más que conocida y lograda destreza a la guitarra con una faceta menos valorada o sencillamente más cubierta por su calidad a las seis cuerdas, haciendo en ocasiones que olvidemos estas composiciones suyas tan intensas con una naturaleza muy directa y a las que rinde pleitesía con una voz siempre dentro de un tono que se aleja de la cavernosidad para mostrarse pleno, satisfactorio, una voz adulta que se abre a diferentes modulaciones y a la que tampoco le interesa despacharse en registros elevados, pues la calidez que plasma en los temas la vocalista transmite ya parte de ese mensaje que dejan sus canciones, pudiendo presumir tanto de vozarrón en los temas más cercanos al Hard como de tonos más melancólicos y vacilones si se acerca al Blues o al Country

Con “Fire Fire”, ya todo un himno, llegamos prácticamente al ecuador de una noche in crescendo con esta imprescindible en las actuaciones de Cox, una canción en la que los músicos gestionaron de forma magistral la participación de todos los allí presentes provocando los momento más candentes con las manos en alto para jalear al respetable y una especial actuación por parte de Adrien, el bajista incombustible que no paró de moverse por el escenario involucrando con él al resto de sus compañeros y demostrando gran destreza a las cuatro cuerdas, jugando así a capricho con la cadencia que caracteriza a los temas y mostrándose muy cómplice con su “colega” de percusión para proporcionar a las canciones ese ritmo repetitivo que las hace más pegadizas y marcando la pauta de los coros, generándose de esta forma una base musical plagada de matices en la que se desenvolvió con un más que perfecto conocimiento de las notas y casi diríamos que aportando nitidez a las mismas como ocurrió con “The Australian Way”, “Good Ol Days”, “If You Wanna Get Loud” y “Going Down”.

Tras la insistencia del público, no le quedó otra al grupo que volver a pisar la arena para ejecutar los tan solicitados bises, algo que hicieron con agradecimiento, sin una sola muestra de cansancio y tras casi un minuto esperando sobre la tarima a que la gente dejara de ovacionar a la banda. Con una Laura inmensa llegaron “Last Breakdown”, “Hard Blues Shot” y “Freaking Out Loud”, las tres últimas que marcarían el tramo final de un show extenso que sació a músicos y público con un espectáculo que, lejos de centrarse en el individualismo de quien sin duda era la protagonista, demostró que Laura Cox es un grupo y confiamos en que ya consolidado con los miembros que pudimos ver sobre las tablas, ya que sin duda esa complicidad y química que transmitieron al respetable la sentimos también sobre la tarima viendo como entre ellos ejecutaban coreografías que pusieron de manifiesto la unidad y deseada estabilidad de los músicos, algo que en ocasiones no sucede cuando hay un destacado líder.

Antonin formó parte activa durante toda la velada del espectáculo, convirtiéndose en un baterista atípico al elevar sus baquetas en pie y en numerosas ocasiones señalando con ellas hacia el público para hacerle partícipe del directo, actitud que combinó con una ejemplar sesión de golpes poderosos y potentes que descargaron sobre sus parches como cañonazos dejando tanto energía como contundencia en los temas y haciendo que estos se convirtiesen en coreables, recordables y bailables, pues cuando la percusión del baquetero marca los ritmos y enlaza con las melodías el resultado suele convertir a las canciones en pegadizas para hacer a las mismas fáciles de cantar y sobre todo de bailar, moviéndose dicho percusionista a la perfección por todas las fases del concierto tanto más lentas como más “cañeras” con total solvencia para dejar en nuestras retinas y oídos un cálido solo de batería.

Despedida con vítores de Laura Cox y sobre todo una noche muy completa musicalmente hablando con mezcla y combinación de estilos que se perfilaron tanto dentro como en la linde de un Metal & Rock de calidad.

Set List de Laura Cox: “OBM”, “Too Nice For Rock And Roll”, “Take Me Back Home”, “Bad Luck Blues”, “Looking Upside Down”, “Haw”, “River”, “Fire Fire”, “The Australian Way”, “Good Ol Days”, “If You Wanna Get Loud”, “Going Down”, “Last Breakdown”, “Hard Blues Shot” y “Freaking Out Loud”.

 

Crónica y fotografías: MIGUEL ÁNGEL PRÍNCIPE

 

Miguel Ángel PrÍncipe

ENCARGADO DE CONTENIDOS, FOTÓGRAFO Y REDACTOR Mixólogo vocacional y aprendiz de guitarra. Barista, cortador de jamón aficionado, catador de jamón profesional, maestro tirador de cerveza y aunque amante de las artesanas tengo grupo sanguíneo Mahou+. Enamorado de la fotografía con dedicación casi full time mientras escucho Heavy Metal de antes, de ahora y del que está por llegar. Voy por la vida sin prejuicios y siempre que puedo con un gin-tonic en la mano para tomar las mejores decisiones.

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